Obviamente nadie (o casi nadie) quedaba exento de culpa.
Entonces se recurre a la CONFESION. Para obtener la confesión de los sospechosos se recurría a todos los medios posibles. Nace aquí el terrible procedimiento de las torturas. En esta etapa de la evolución de los medios probatorios el inocente se declaraba culpable para escapar al sufrimiento de las torturas.
Como también no se llegaba a la verdad histórica de los hechos por este medio se llega a apelar a la PRUEBA TESTIMONIAL.
Lo que el sospechoso no quería o no podía relatar por si mismo se preguntaba a otras personas: Los testigos. Este medio de prueba que sigue hasta nuestros días originó y origina muchos errores judiciales.
El testimonio es el relato de un hecho visto a través de los sentidos de una persona y su propio temperamento. Todo esto hace que puedan llegar a prejuzgar y/o al no poseer todos las mismas características en nuestro sentidos, podemos apreciar las cosas de diferente forma.
Por eso los testigos pueden llegar a equivocarse a pesar de su buena fe (demás está decir los testigos de mala fe, o los muy comúnmente llamados testigos profesionales).
Hasta este momento los medios probatorios habían evolucionado de diferente forma, pero ninguno podía ser utilizado objetivamente para llegar a saber la verdad histórica de un determinado hecho.
Entonces, a ¿quién se le debería preguntar sobre los hechos de la investigación? A las cosas. Como los objetos o cosas carecen de sensibilidad, allá es donde debe encontrarse la verdad (son objetivas). Pero, para lograr que nos diga la verdad, es necesario saber interpretarlas.
Es aasí que nace la PRUEBA INDICIARIA conjuntamente con la criminalística, debido a que los criminalistas son los interpretes de estos objetos.
Hans Gross, es el llamado padre de la criminalística, ya que fué el autor de la famosa obra “El Manual del Juez Instructor” donde ordenó y recopiló todos los conocimientos técnicos científicos que hasta esa época existían para la investigación criminal. Es, por tanto, en este libro donde se llama por primera vez a esta ciencia como criminalística.
Por: Fabrizio Rodríguez Villazán
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